De
la última encuesta del
Ministerio
de Sanidad sobre Alcohol y Drogas en España se deduce que el consumo
de somníferos y tranquilizantes se ha disparado en estos últimos
años. El porcentaje de personas que toman estos fármacos ha pasado
del 5,1% en 2005 a un 11,4% en 2011. Estas sustancias legales que se
venden con receta se han convertido, junto con el alcohol y el
tabaco, en la droga más usada, por delante del cannabis (un 9,6% lo
ha tomado en el último año). Se cree que este aumento del uso de
tranquilizantes y somníferos no supone un nuevo patrón de consumo
de abuso sino que se trataría de un fenómeno reactivo que se da en
situaciones de crisis, como la actual. Han aumentado las presiones
estresantes que sufre el individuo, y, en correlación, han aumentado
los cuadros de depresión y ansiedad. Sólo el 1,2% de estos usuarios
lo toman sin prescripción médica.
Según
los datos de este estudio oficial que analiza las respuestas de
22.180 personas de entre 15 y 64 años, los hipnosedantes son las
únicas sustancias cuyo uso se ha incrementado, ya que el consumo de
alcohol, tabaco, cocaína o cannabis ha decrecido ligeramente en los
últimos dos años. La razón podría estar en la prevención y la
represión, aunque también podría apuntarse a razones relacionadas
con la actual crisis: cada vez hay menos dinero para comprar estas
sustancias.
Los
hipnosedantes rompen además el patrón de consumo del resto de las
drogas, cuyo uso es mayor en jóvenes y en hombres. El consumo de
somníferos y tranquilizantes se dispara a partir de los 35 años y
es la única sustancia en la que el porcentaje de consumidoras es
mayor, lo que se explica porque la prevalencia de la ansiedad y la
depresión es superior en las mujeres y porque ellas piden consejo
médico de manera más habitual.
Según
los expertos, a pesar de que los orfidales y los lexatines son
legales y de uso controlado, podemos hablar de que existe un abuso,
ya que hay cierta inercia terapéutica al prescribirlos. La situación
económica actual genera una ansiedad tremenda, y el principal
tratamiento para esos problemas psicosociales es de tipo
farmacológico. Además, son sustancias que están socialmente muy
aceptadas. Muchas veces no se consideran una droga y no se le da
importancia. Sin embargo lo son, y muy peligrosas: dejarlas puede
producir un grave síndrome de abstinencia.
España
está a la cabeza de los países europeos en el uso de
tranquilizantes y somníferos: se consumen 51,9 dosis diarias de
ansiolíticos por cada 1.000 habitantes frente a las 24,1 dosis de la
media de 18 países, y 26,8 dosis diarias de hipnóticos y sedantes
para dormir por cada 1.000 habitantes frente a las 24,9 dosis de
media de la OCDE. Y estas cifras no han cesado de aumentar en los
últimos 10 años.
Por
su parte, en los datos que analizan el resto de sustancias, los
patrones de España son similares al de los otros países. La
sustancia más consumida sigue siendo el alcohol: un 76,6% de los
ciudadanos ha tomado bebidas alcohólicas en los últimos 12 meses.
Después, el tabaco: un 40,2%, aunque el número de personas que ha
fumado en los últimos 12 meses ha bajado un 2% desde el perioo
2009/2010. La encuesta muestra también que el consumo de cocaína ha
disminuido. Los ciudadanos que la han tomado en los últimos 12 meses
ha pasado del 3% en 2005 al 2,2% en 2011, aunque España sigue a la
cabeza de la Unión Europea en este consumo.
El
uso de cannabis también baja. El 9,6% lo han consumido en los
últimos 12 meses, un 1% menos que en el periodo anterior. El
porcentaje de consumidores jóvenes de esta sustancia supera al de
mayores: el 8,2% de los ciudadanos entre 15 y 17 años la ha tomado
en los últimos 30 días frente al 7% de personas de entre 18 y 64. Y
aunque el consumo de cannabis decrece, la percepción de los riesgos
asociados a su uso no lo hace. Los datos muestran, además, que el
tabaco se considera más peligroso que el cannabis.
Cinco o
más copas en un corto periodo de tiempo en el caso de los chicos y
cuatro en el caso de las chicas, es lo que se conoce como un consumo
de alcohol por atracón, una fórmula que es cada vez más habitual
en España. En 2011, el 21,8% de los chicos de entre 15 y 19 años y
el 17,2% de las chicas se había emborrachado de esta manera. Este
tipo de consumo no se practica para socializar, sino directamente
para conseguir la borrachera. Se trata de una intoxicación que
termina a veces en un coma etílico y que puede ser el inicio de una
adicción. Además, este atracón de alcohol tiene peligros añadidos,
como los accidentes de tráfico.
En
las clínicas CITA Dosrius el tipo de adicción prioritaria y los patrones de
consumo de nuestros usuarios también han ido variando a lo largo del
tiempo. En este momento, las demandas asistenciales que recibe
nuestra clínica coinciden a groso modo con los resultados de esta
encuesta: prevalencia del alcohol y la cocaína, el incremento del
consumo de benzodiacepinas, el consumo cada vez más compulsivo de la
cocaína y la disminución de edad de nuestros pacientes más jóvenes
con un incremento sustancial del porcentaje de menores de edad.
José María Fábregas Pedrell
www.clinicascita.com
José María Fábregas Pedrell
www.clinicascita.com
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